Ellos son tiernos, juguetones, divertidos y amorosos, ¿no es cierto? Y por

supuesto estamos hablando de los animales de compañía. Para que

tengamos una idea, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y

Estadística (IBGE), actualmente son más las mascotas que los niños en los

hogares brasileños.

Según un estudio de la Emory University, ubicada en Estados unidos, las

mascotas aman a sus dueños y los consideran alguien más de la familia. Un

estudio hecho por la institución realizó exámenes de resonancia magnética en

el cerebro de algunos perros y concluyó que el olfato es el responsable por

identificar esa reciprocidad en la actividad cerebral.

Esos exámenes mostraron que los perros logran diferenciar olores y

reconocen inmediatamente a sus dueños y otros animales familiares por el

olor. O sea, cuando el olor característico del tutor se acerca, el cerebro de la

mascota es accionado y la sensación de felicidad y recompensa se activa”,

explica la veterinaria Luana Sartori.

Está comprobado que la interacción de los perros con sus tutores es muy

similar a la de los bebés con sus padres. “Eso explica por qué el perrito corre

al regazo del dueño cuando se asusta o cuando tienen miedo”, completa la

especialista.

Incluso, ¿sabías que toda experiencia que el perrito tiene hasta los seis

meses de vida será de extrema importancia para su desarrollo? Es que el

cerebro de un cachorro es receptivo lo suficiente para que esas acciones

influyan en todos los períodos que él viva después.

Los animales son realmente muy apegados a sus tutores, ¿no es cierto? “Por

eso es tan importante que los tutores interaccionen con sus animales,

paseando, jugando y divirtiéndose con ellos”, aconseja Luana.